Todo empezó el 30 de noviembre, en la puerta del Mesón San Basilio, donde Miguel, cerveza en mano, andaba acechando incautos para reclutarlos en la trepidante subida al pico Aznaitín, desde la localidad de Albanchez de Mágina. Un kilómetro vertical con una distancia de 3 km en los que se ascendían 930 metros. En la …