Prueba perteneciente a la Spain Ultra Cup, celebrada entre el 13 y 15 de julio de 2018, asentada ya como un clásico entre las ultras españolas y con participantes de casi 40 países. Existen un total de 4 modalidades, habiendo participado este año 7 miembros del club en el Maratón (40 kms, 2730 m+ y 1450m-) y 3 en la modalidad Trail (62 kms, 3.710m+ y 2.650m-). La carrera Trail salió en la noche del sábado a las 5 de la mañana desde Beas de Granada, mientras que el Maratón salía a las 7 desde Quéntar, compartiendo a partir de ahí recorrido hasta la estación de esquí de Pradollano. La carrera desde Beas comienza de forma suave por terrenos serpenteantes y poco técnicos, si bien aquí la dificultad es sortear a los corredores de distinto ritmo en mitad de la noche y por un sendero estrecho. Apenas en el km 6 llega la primera dificultad, apareciendo una pared vertical en la que se ganan 120 metros en apenas medio kilómetro. Esta zona es muy exigente y en muchas ocasiones pide subirla a gatas por lo empinado del terreno. Al finalizar la subida los corredores pueden disfrutar de una visión increíble de Granada capital y todos los pueblos que la rodean en mitad de la noche. Después se comienza a bajar de forma rápida hasta el primer avituallamiento, donde los corredores de Trail ya se van distanciando y se van marcando distancias. En esta zona comenzó a despuntar el día y los frontales ya comenzaron a escasear. En todo momento se corre mezclado con los participantes de la Ultra (que han salido desde la capital a las 12 de la noche y a los que, después de Pradollano, aún les queda subir al pico Veleta). Tras el primer avituallamiento una subida suave y una bajada disfrutona donde se puede apretar sin problemas (teniendo cuidado para no salir del sendero porque la caída es segura). Rápidamente se llega a Quéntar, desde donde sale la Maratón y, tras atravesar este precioso pueblo por sus empinadas y estrechas calles (y habiendo disfrutado de otro buen avituallamiento) se nos presenta la primera subida continuada exigente (el Alto del Calar). Esta es una subida continua, rota a veces por tramos más llanos, de unos 4-5 kms y que sin llegar a ser muy exigente empieza a pedir el uso de bastones o bajar el ritmo. Las vistas en la zona más alta son espectaculares, con toda Sierra Nevada delante nuestra, los pequeños pueblos de Canales, Güejar-Sierra, Pinos-Genil, Quéntar y Cenes en lo bajo de los valles y múltiples embalses y pantanos que completan la estampa. Una vez se ha completado esta subida comienza una bajada tendida, moderadamente técnica y que pide rapidez (sorteando a los corredores de otras carreras) en busca de Güejar-Sierra. En dicha bajada las vistas vuelven a ser espectaculares, vislumbrándose a veces Pradollano entre las grandes rocas que vamos dejando a uno y otro lado del sendero que serpentea. Tras varios zig-zags (cuidado con resbalar) muy empinados, llegamos a Güejar, que de nuevo atravesaremos entre el gentío en busca del punto de vida y avituallamiento en su pabellón (se agradece que sea a cubierto). Comienza aquí la parte más exigente tanto para Trail como para Maratón, con una subida muy continua que durará hasta el final de la carrera (unos 20 kms en Trail, ganando un total de más de 1.500 metros positivos) y que presenta tramos muy duros por las pendientes de hasta un 20%. Saliendo de Güejar, pegados al río Genil, se comienza a subir de forma tranquila y enseguida nos encontramos encajonados en el Barranco de las Víboras. En esta zona se agradece la sombra y el hecho de que la carrera discurra continuamente cerca de fuentes de agua, acequias y arroyos (donde sin duda todos acabarán mojando la gorra o incluso sumergiendo la cabeza). La peor zona es la denominada subida de las zetas, en la que durante aproximadamente 1 km zigzaguearemos sin parar de ascender en un terreno muy empinado que apenas permite trotar y a pleno sol. Este tramo sin duda es uno de los más delicados y no es raro encontrar corredores de todas las modalidades llegando a su límite o, por desgracia, superados. Por fortuna, al final de esta zona, nos encontramos con un nuevo avituallamiento (paso previo por un campo de fútbol donde todos los corredores aprovecharon que los aspersores estaban en funcionamiento para refrescarse). Tras retomar el aliento, último tramo (para estas dos modalidades) con subida mayormente por asfalto. Es quizás esta parte la menos bonita de la carrera, por el hecho de ascender por carretera (y a pesar de los ánimos de los ciclistas que nos encontramos) y tener que estar ojo avizor con los coches que nos adelantan. Tras un nuevo avituallamiento (véase que en el último momento se añadió un avituallamiento más, dadas las previsiones meteorológicas), nos dirigimos ya a meta, con Pradollano enfrente nuestra y culminando entre un pequeño pinar. Antes justo de acabar, de regalo, un repecho muy corto pero extremadamente técnico donde tendremos que subir por piedra apizarrada teniendo mucho cuidado en la búsqueda de apoyos. Una vez alcanzamos Pradollano la victoria ya se ve cerca y, tras atravesar alguna calle llena de peatones que animan, nos encontramos la meta en la plaza principal con el jolgorio de todos los acompañantes y el ánimo que inunda la Sierra.
Especial hincapié hay que hacer a cualquier corredor que se enfrente a esta ultra en que tenga muy en consideración las previsiones meteorológicas. Dada la fecha (mediados de julio), localización (Granada) y especificaciones de la carrera (rozamos zona de hipoxia y es una carrera con más subida que bajada) siempre deberemos tener especial cuidado con la hidratación y nutrición durante la carrera. En esta edición la organización ha adelantado las salidas (un gran acierto), pero siempre es de esperar acabar con el sol en todo su esplendor y con un calor marcado (en otras ediciones fue asfixiantes, en 2018 hemos tenido la suerte de unos 29 grados con algunas ráfagas de viento fresco desde la Sierra). Los avituallamientos son excelentes, tanto en calidad, cantidad como trato de los voluntarios y muy variados, siendo especialmente brillante su localización (tanto por la distancia entre sí como por estar normalmente localizados en zonas previas o posteriores a subidas exigentes). La señalización de la carrera también es buena (si bien no hay muchas zonas donde perderse) y en general la organización es excelente. Quizás lo único menos positivo sería lo poco llamativo que es el último tramo de carrera (por la carretera, lo cual viene dadas las exigencias del Parque Nacional, aunque se podría compartir aquí trazado con los corredores de Ultra…).
En resumen, carrera muy recomendable, muy exigente físicamente (por clima, aclimatación al calor, altura y esfuerzo) aunque moderadamente exigente a nivel técnico, con algún tramo de gran belleza y un ambiente en general muy recomendable.
Los participantes de Pulso acabamos (en general) muy contentos con el resultado y aunque hubo casos puntuales de problemas de leve deshidratación, las marcas y las sensaciones de carrera fueron increíblemente positivas. Como equipos acabamos los quintos tanto en la categoría Trail como en Maratón y, mejor aún, la mayoría, de forma espontánea, acabamos realizando la carrera en grupos de 2-3 corredores alternándonos en cabeza y animándonos entre nosotros. Por supuesto, la postcarrera también permitió elongar el disfrute de esta experiencia que aconsejamos a todo trailero que tenga ya un cierto nivel y quiera disfrutar de la cara noroeste de Sierra Nevada.
http://www.ultrasierranevada.com/
Aquí os dejamos el vídeo-resumen de nuestra participiación!