La locura de la Capitana, no fue otro sino las ansias de volver a participar en otra carrera, así pues busqué una que fuese al día siguiente de mi examen de la oposición, y como no, yo ya sabía de antemano quién se apuntaría conmigo sin dudarlo, Alejandra. Lo que no contaba yo es que ella me terminaría liando para correr la larga…25km y 1600+.
Cuando comentábamos a los compañeros que íbamos a correrla todos “hablaban muy bien de ella”, os vais a enterar lo que son cuestas, es muy fea, etc…. Advertidas estábamos eso sí. Llegó el 19 y allí nos plantamos en el Rincón de la Victoria, el tiempo estupendo, solecito, y si no fuese porque cuándo soplaba el viento hacía rasquilla, como para estar en la playita.